Cielos Aragón Astro Turismo

ARAGÓN ES UN TERRITORIO ÚNICO PARA LA OBSERVACIÓN DEL UNIVERSO.

Gracias a nuestras grandes extensiones de parques naturales, ciudades pequeñas y un amplio territorio; nuestros cielos están libres de contaminación lumínica y eso nos ha hecho conseguir certificaciones que así atestiguan la calidad de nuestros cielos.


La Fundación Starlight que tiene como principal objetivo la protección del cielo nocturno, la difusión cultural de la astronomía y el desarrollo económico sostenible local a través del astroturismo creó el sistema internacional de Certificación Starlight encaminado a impulsar, a nivel mundial, un modo distinto de cuidar y defender el cielo, de valorarlo como recurso necesario para la vida y como patrimonio intangible de la humanidad, garantizando la capacidad de disfrutar de la luz de las estrellas y el desarrollo de actividades basadas en este recurso.


La Comarca de la Sierra de Albarracín es “Territorio Starlight” al conseguir el doble certificado de Destino Turístico y Reserva Starlight, que garantiza ser un lugar ideal para la contemplación del cielo estrellado que forman una red a lo largo del mundo. Con la aprobación de la doble certificación, la Comarca de la Sierra de Albarracín se suma a las que obtuvieron en 2016 Gúdar-Javalambre y en 2018 Cuencas Mineras.


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Etapas de la vida de una estrella

Las estrellas nacen dentro de las nebulosas interestelares, esto es, enormes, frías y densas nubes de gas, principalmente hidrógeno y algo de helio, y partículas de polvo.

Estas nebulosas, como la nebulosa del Águila, M16 (imagen de la izquierda), una nebulosa de emisión que se encuentra en la constelación de la Serpiente (Serpens Cauda), abundan en las galaxias jóvenes como la nuestra, en concreto en los brazos espirales.

Las nebulosas en principio son estables, la presión interna hacia fuera contrarresta la gravedad hacia dentro, por lo que hay un equilibrio y, por tanto, estabilidad. Pero esta estabilidad no es eterna.

Las nebulosas, como el resto de objetos de las galaxias, se mueven, giran alrededor del centro galáctico, haciendo que el gas de la nube se vaya comprimiendo en ciertas zonas. Además, por causas externas a la nebulosa, como la gravedad de una estrella cercana, la explosión de una supernova o la colisión de dos o más galaxias, provocan también la comprensión del gas y que la nube se colapse por la gravedad en estas zonas.

A medida que la nube se comprime, la densidad aumenta y, por tanto, la gravedad también. Llega un momento en que la gravedad es más fuerte que la presión interna, haciendo que la nube se colapse y fragmente en trozos más pequeños y de diferente masa.

El número de fragmentos puede ser de decenas, cientos o miles, es decir, las estrellas no nacen solas, sino que lo hacen en grupos, son decenas, cientos o miles de estrellas que nacen a la vez de una misma nebulosa.

Cada uno de estos fragmentos sigue contrayéndose y haciéndose más denso y, finalmente, acaban colapsándose individualmente, convirtiéndose cada uno de ellos en las llamadas protoestrellas.

La contracción continúa en la protoestrella, haciendo que la temperatura y la presión interna aumenten (a más masa inicial tenga el fragmento, mayor será la temperatura y la presión). El gas de la protoestrella empieza a girar, creando un disco a su alrededor de gas y polvo, residuo del colapso de la nube.

En estos momentos, las protoestrellas ya comienzan a tener aspecto de estrellas, tienen una forma esférica, pero todavía obtienen la energía del colapso gravitatorio, no de reacciones nucleares. Además, a su alrededor hay este disco oscuro. Éste no es uniforme y en las zonas donde hay más acumulación de materia se formarán, probablemente, planetas. Es por ello que este disco se llama disco protoplanetario, ya que en él se formará el futuro sistema planetario que acompañará a la estrella una vez se forme.

La contracción de la protoestrella y el colapso continúa, por lo que la presión y la temperatura interna de la misma sigue aumentando cada vez más. Llega un momento en el que la temperatura en el centro de la protoestrella aumenta lo suficiente, unos 10 millones K (K o Kelvin, ni ºK ni grados Kelvin, es la unidad de temperatura en el Sistema Internacional, donde 0ºC equivalen a 273 K, en concreto 273,15 K y -273,15ºC son 0 K, el cero absoluto, la temperatura más baja que se puede alcanzar), como para desencadenar la fusión nuclear del hidrógeno en helio. Ésta hace que la contracción gravitatoria pare y el astro entre en equilibrio; en estos momentos, la estrella comienza a brillar y se dice que ha nacido formalmente.

https://astronomiaparatodos.com/2020/03/23/la-vida-de-las-estrellas/